Nuestro cerebro transforma los sonidos en señales mediante procesos cognitivos. Cuando existe una alteración en estos procesos, aparecen determinadas manifestaciones de un posible déficit en el procesamiento auditivo. Éstas afectan al desempeño auditivo, la comunicación, el aprendizaje de la lecto-escritura, y pueden impactar negativamente en el desarrollo emocional y social del paciente, ya sea niño o adulto.