Los estudios científicos evidencian la existencia de plasticidad cerebral en los adultos. Además, muestran la relación entre el riesgo de padecer deterioro cognitivo o demencia tras sufrir una hipoacusia no tratada. La pérdida de audición que implica la hipoacusia afecta a la región auditiva del cerebro. Es en esa zona donde se produce el deterioro de la capacidad de discriminación de palabras. Por esa razón, la adaptación temprana de audífonos es un gran aliado para mantener nuestro cerebro activo y evitar la degeneración cognitiva. Así, el cerebro adulto mantendrá la plasticidad que le permita, junto con el entrenamiento auditivo, un buen rendimiento de los audífonos.